Definitivamente la adulación no es mi fuerte, protocolarmente allí no cumplo, si no tenemos feeling de entrada no va a haber manera de tenerlo, por más buena voluntad que se le ponga al asunto. Es un tema de química como cuando entraba la Allekote al laboratorio y nos traía siempre algún experimento para ver con nuestros propios ojos - con cuales sino - como cada acción conlleva una reacción. La fusión o hasta el simple contacto producía consecuencias inesperadas y por lo tanto sorpendentes. Desde humitos de color rojo, azul, gris hasta olores a perfume o a cloaca, mierda, mierda. Entonces salíamos espantados al pasillo, riendo, intentando no vomitar y después quedaba en la memoria nomás. Pero sabíamos que no por nada era ese olor.
Por eso tampoco es que vos seas más, ni yo sea menos. Por suerte cada uno es único, tiene su composición química inigual, ni más ni menos, ni me falta ni te sobra, y nos falta y nos sobra pero cada uno a su medida.
Lo divertido es simplemente experimentar con nuestro encuentro, ver qué tipo de química se produce, si la de los humitos de colores o la del olor a mierda. Ni bien, ni mal, solo eso. Y saber, que es una posibilidad, que el choque con alguien te haga sacar las estrellas o pedazos de nada. A partir de allí, se elige, se acepta si seguimos haciendo efectos defec-tuosos o buscamos con quien hacer fuegos de artificio.
3 comentarios:
¿Dale que nos conocemos y
vemos qué olor sale?
G.
www.fractales.blog.com
Hay que bancarse los choques. Me parece que a veces evitamos los roces para no asumir el riesgo de los olores horribles, de los malos gases.
Y los choques se producen igual, no?
(me gustò mucho)
uh! me encantó!
m.
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