20/5/08

De Sueños

Había resultado un día de esos en que, aprovechando que las demandas de mis jefes de turno no eran demasiadas, lo dediqué a soñar despierta. El día anterior me había retirado ofuscada, molesta, con esa sensación de que me hagan sentir una máquina. Como si para que respondiera bastara con solo apretar una tecla y ya. Sin mediar tiempo de pensamiento o reflexión alguna, sin poder detenerme a pensar lo que estaba haciendo. Relatividades de tiempos ilógicos entre un hombre y una máquina, o mejor dicho, entre un ser humano, adjetivo tan caduco en esos tiempos.
Es realmente un esfuerzo que uno tiene que hacer para no perderse en todo ese automatismo, para verse las manos y sentir que son de uno, que son las mismas que acarician tu piel al levantarte y que me pertenecen. Y en ese mirar de manos, correr de pensamiento y sueños que no quieren desvanecerse, me entregué. Claro que con la ayuda de esos pares que aparecen titilando o que simplemente están ahí en la misma que vos, sintiéndose atrapados, negados a abandonar sus sueños, del otro lado.
Entonces me perdí en sueños de escritores, palabras arremolinadas de sensaciones muy humanas. Viaje por Francia, por China, por Buenos Aires, volando entre nubes de sueños. Y creí en mi sueño, creí en mi ser tan humano que no quiere acostumbrarse a hacer el sueño de otros, sino sólo construir el propio. Confiando en que algún día tome un poco más de forma que ahora.
Recuerdo cuando volvía caminando del colegio, habré tenido unos dieciséis años y mirando el cielo, las copas de los árboles y la gente pasar, soñaba, soñaba con ayudar a aquellos soñadores que se perdieron en un sueño o que alguien se los quitó. Porque requiere de mucho esfuerzo, apoyo y confianza para que ese sueño no termine aplastado bajo la suela de alguno, a quien tu sueño no le gustó o le dio miedo creer en él.
Dar forma al sueño requiere tiempos, tiempos humanos, que se extienden años quizás y que empezaron por una palabra. Hoy en los tiempos del no tiempo, debe refugiarse uno en su espacio para seguir dándole forma a su sueño y soñar hoy, sintiendo que es ese momento auténtico en que el sueño cobra vida. Porque el momento de hacerlo es ese que elegiste, que no tiene precio pero si mucho valor en el banco de tu espíritu, el valor que solo uno le puede dar a su sueño. ¿Porqué no soñar lo imposible? Miedo a nada. Al fin y al cabo, no saldremos vivos de este mundo. Soñar y trabajar para hacer un sueño realidad del tamaño que quieras, es libertad.

Carola
08 – V - 2008

4 comentarios:

Anónimo dijo...

buenisimo, carola, buenisimo.

martin.

MartinRRRR dijo...

para que ese sueño no termine aplastado bajo la suela de alguno, a quien tu sueño no le gustó o le dio miedo creer en él.

Buenisimo!
Saludos.

Playa Girón dijo...

Hermoso, segui escribiendo y soñando.

Javier Furnodavlos dijo...

sueña y luego deja que ese sueño te lleve a donde debes estar...
muy lindo,volvere por mas sueños escritos!!!
saludos
Javier