4/7/11

Lago Puelo

Recién llegada al campamento, en mi primer día de camping que iba a pasar sola y después de haber compartido las últimos días acompañada, me senté a esperar. A esperar que ese momento de transición entre un evento y otro de tu vida, me llevara a algún incierto punto del tiempo y el espacio.

Era así y viendo que pronto el tiempo no iba a mejorar de ninguna manera, y que las pocas almas que allí se encontraban en mi compañía disponíanse a huir a sitios más seguros donde guarecerse como lo hacen los animales antes de la tormenta, me resigné y acepté lo que la naturaleza tenía para darme.

La lluvia es tanto más importante como el sol. El sol, el calor, te llena el cuerpo, las venas, el alma filtrándose por los poros. Pero con la lluvia, la luz que tiene que brillar es la que llevás adentro, para seguir en pie y continuar.

Entre tantos pensamientos, apareció Shalom, un rasta israelí. Shalom significa PAZ, me enteré luego. Estaba ahí tranquilamente leyendo un libro, me acerqué por la imperiosa necesidad de todo ser humano de establecer contacto, sobretodo cuando eramos los únicos seres presentes.

Shalom estaba leyendo Cien Años De Soledad en castellano, su idioam era bastante bueno lo que nos permitía comunicarnos más que bien. Según él, lo había leído 3 veces en su idioma original y quería comprobar si algo que él sospechaba, que había leído entrelíneas, también podía llegar a suponerlo en la edición original.

De lejos me había parecido joven, pero visto de cerca tendría unos 40 años, o menos quizás, nunca le pregunté su edad, pero parecía haber caminado mucho por el mundo. Se le notaba en su cara arrugada y en la paciencia que reflejaba el tono de su voz y la tranquilidad con que hablaba.

La noche fue difícil. Jamás sentí llover tanto. Llovieron dos noches y un día. A la mañana siguiente salí de mi cueva con la idea de ir a tomar algo caliente. Ya no se soportaba la situación. En el bar encontré a Shalom, para él las cosas no habían resultado nada buenas. Su carpa se inundó y en el medio de la noche tuvo que abandonar sus cosas. Sin saber adonde ir, encontró los baños públicos abiertos y descubrió el milagro de que había agua caliente. Enseguida hizo una especie de sauna y sintió la felicidad del calor en su cuerpo y el alivio de encontrar esa fuente de calor entre tanto frío.

Mientras contaba esto, con la paz que lo caracterizaba, sus lágrimas de emoción lo decían todo.

Para mí fue una bendición haber encontrado a alguien con quien pasar esos momentos tan difíciles, donde la ilusión que se genera frente a toda nueva experiencia la vez despedaza en mil partes de un momento a otro y te enfrentas con la realidad de que no todo se presenta como uno lo desea.

Esperamos horas, sentados, sin hablar casi, con mucho frío, con nuestras ropas entre húmedo y mojado viendo llover, viendo como el agua lo inundaba todo. Cada tanto, imaginábamos el porqué de todo, el porqué de tanta agua. Haciendo conjeturas acerca de los próximos pasos. Esperando el momento en que tendríamos que ir a desarmar nuestras cosas, ya que no iba a parar.

Finalmente nos retiramos del campamento. Cada uno se fue por su lado. Volví a encontrarlo unas veces más en mi camino y cada vez que lo veía sentía que nos unía algo importante. Cada vez que lo veía me sentía feliz. Feliz de verlo sonreir, feliz de saber que estaba bien.

Es que habíamos estado sosteniéndonos en una situación adversa y esas situaciones tienen el poder de unir fuertemente los espíritus. Habíamos compartido el silencio, nos habíamos comunicado en silencio. Paz, silencio, tan difícil de encontrar dentro de uno, en el otro. Valoré esta experiencia y cada vez que debo atravesar algún momento difícil recuerdo a Shalom, me repito, Shalom, Paz, Paz. Porque en la adversidad, encontré la Paz y eso no se encuentra en cualquier lado.

Shalom.

4 comentarios:

Kluivert dijo...

Qué linda experiencia, Carola. Sos muy aventurera (?), se ve. Gran valor.

Shalom y amor.

Kluivert dijo...

Ah, y muy buena la comparación que hiciste cuando dijiste que en la lluvia lo que tiene que brillar es lo de uno para seguir de pie, carajo.

Unknown dijo...

no sé como aguantaste tanto tiempo



estuve un dia solo de lluvia en el sur este verano y casi muero de tristeza



ídola !!!!!

'-.-' dijo...

justo que pensaba en bolson me encontré con esto